lunes, 23 de junio de 2014

LA TAREA DE SER PADRE



Estaba programado ya el servicio de mantenimiento al auto de mamá aquel día. Por la mañana, entonces, sería difícil que mamá llevara a su pequeña hija de 7 años a la escuela y, en consecuencia, el papá cambiaría su rutina para llevar al colegio a la pequeña Mónica. 
Sentado al borde de su cama, papá le comenta a su pequeña que le va a pedir un favor: levantarse aún más temprano para salir de casa antes de las 7 de la mañana, lo cual resultó raro para todos. Sin más explicación y depositando un voto de confianza, la pequeña acepto estar lista muy temprano. Aunque le pregunto varias veces, su papa decidió que el motivo fuera una sorpresa.

Por la mañana no se vivía la situación más cómoda cuando la mama debía arreglar a la niña 40 minutos antes, ni el papa debía levantarse y vestir desde las 6:45, pero le entusiasmaba tanto la razón que de alguna forma lograron salir de casa temprano.

COMIENZA EL DIA…

A poca distancia papá detuvo su auto en una cafetería que aún se encontraba cerrada y que a los pocos minutos abrió sus puertas. Eran exactamente las 7 de la mañana. Pidieron una mesa para dos y desde hacía varios minutos el rostro de Mónica mostraba un destello de luz y la sonrisa del papá se dejó ver por consiguiente.

Tomaron asiento, ordenaron unos molletes y los minutos transcurrieron. Mónica estaba irreconocible, su conversación y modales eran asombrosos, como si hubiera crecido tres años en un instante. La charla entre ambos fue de la más amena. Salieron 45 minutos después apenas a tiempo para llegar puntualmente al colegio y empezar el día, un día que había marcado una diferencia en la vida de ambos.

CRECIMIENTO Y COMPORTAMIENTO.

Desde que llego a la escuela Mónica no dejo de compartir su experiencia, con sus maestras, con su mamá al llegar a casa y, como era de esperarse, cuando el papá volvió de la oficina al final del día, la niña lo abrazo con una inmensa sonrisa y le pidió volverlo a hacer al día siguiente. Desde entonces, dos veces a la semana se levantan antes de sonar el despertador y partían prácticamente antes del amanecer. La pequeña se convirtió en cliente frecuente de aquel restaurante y, durante años, aquellos momentos en los que el papá y su hija charlaban amenamente y compartían el desayuno se convirtieron en una de las más encantadoras memorias de su vida para ambos.

SOLO 45 MINUTOS.

Calidad, no cantidad, nos dicen los expertos. También lo dicen la experiencia y los ejemplos, aunque a veces no sabemos un cómo hacerlo. Es más un común denominador en la humanidad es que a nadie le enseñas a ser padre, iniciamos esa aventura sin un instructivo, sin un manual de procedimientos o capacitación alguna por absurdo que parezca, y decimos que es absurdo porque, si prácticamente la totalidad de los hombres acabaran siendo padres, resulta inexplicable que nadie nos diga cómo hacerlo, ¿no es así?

LA RESPONSABILIDAD MÁS GRANDE.

Con el simple hecho de traer al mundo a un hijo, los padres tenemos el compromiso moral de formarlos y educarlos. Ese proceso de formación que, querámoslo o no, es nuestra obligación, es ejecutada por cada uno de nosotros de manera única y singular. En el proceso de ser padres vamos aprendiendo sobre la marcha, tal vez cometiendo los mismos errores que en algún momento cometieron nuestros padres con nosotros y que probablemente ni cuenta nos dimos. Pero, de una u otra forma, siempre procuramos e incluso estamos convencidos de estar tomando la mejor decisión para cada situación que se nos presenta. Después de todo, nadie hace algo sabiendo que está equivocado. En el proceso formativo de nuestros hijos tomamos decisiones respecto a lo que deben hacer o ser para crecer con bien, incluso con la ilusión de verlos crecer mejor que nosotros mismos.

EL EJEMPLO, EL MEJOR REFLEJO.

En el proceso formativo adquirimos una buena práctica en dar órdenes y recitar regaños, aun en cosas que nosotros mismo hicimos a la misma edad. Aparentemente, lo que para nosotros fue una práctica común ahora se ha convertido en algo prohibido para nuestros pequeños. Está comprobado que, en materia de educación, lo que nuestros hijos realmente aprenden y adoptan de lo que decimos es una parte insignificante contra aquello que ellos aprenden de nuestro ejemplo. Llegamos a ser incluso incongruentes cuando les pedimos que siempre nos hablen con la verdad y nos escuchan con frecuencia mentir; les pedimos ser respetuosos pero nos oyen hablar y criticar a otras personas; queremos que se comporten de manera educada pero vociferamos mil maldiciones. Entonces, ¿Qué hace a una persona ser un buen padre?, si literalmente no sabemos ser padres porque nadie nos lo enseño y si además de eso lo que decimos realmente no tiene tanta trascendencia. ¿Por qué hay buenos y malos padres?

PAPELES PARA CADA UNO.

El secreto radica en nuestro desarrollo y en el nivel de conciencia y responsabilidad que tomemos en la función de ser padres y, en consecuencia, de nuestras acciones. Suena abrumador. Pero significa que, quien no es una persona del todo, seguramente será un mal padre, ya que es aquel a quien no le ha caído el veinte que el destino de sus hijos en sus primeros años de vida son una responsabilidad real e irrenunciable. 

Alguna de las practicas que nos puede hacer fallar en ser buenos padres es cuando no nos damos cuenta que si involucramos a nuestros hijos en cuestiones de adulto será una irresponsabilidad grave; que dar un ejemplo negativo es educarlos de forma dañina; que pedirles ayuda y comprensión cuando son pequeños es una carga que a ellos no les corresponde soportar. 

Por si fuera poco, quien lo hace está plenamente convencido de que eso es más que suficiente. Una nueva modalidad de paternidad errónea que se da con frecuencia en nuestra generación es también el padre abandona su papel de guía, autoridad y formador, y se hace cuate de su hijo, solamente un camarada que cree que al llevarse bien entre ellos las cosas marcharan perfectas. No es lo mismo ser buen padre, que ser un padre bueno.

“…UNA DE LAS FALLAS MAS FRECUENTES
EN LA TAREA DE SER BUENOS PADRES ES
CUANDO CREEMOS QUE NUESTROS HIJOS
NO NECESITAN NUESTRA PRESENCIA PARA
CRECER Y QUE SERA SUFICIENTE CON PAGAR
LA ESCUELA, JUGUETES Y COMIDA”. TODOS SON UNO MISMO”.

El psicoterapeuta Bert Hellinger, creador de las famosas “constelaciones familiares”, es seguramente uno de los especialistas en psicología familiar más exitosos en cuanto a resultados. Los métodos que ha desarrollado para mejorar las relaciones familiares han trascendido a prácticamente todos los países y culturas occidentales. Partiendo del principio “sistémico”, analiza a la familia como un sistema cerrado, en el cual cada uno de sus miembros juega un papel específico, y en el que el éxito para lograr una relación familiar sana consiste en que cada uno de sus miembros cumpla con su función. 

Para entenderlo mejor, hagamos una analogía con el cuerpo humano. Imaginemos que todo el cuerpo humano es la familia y que cada uno de sus órganos vitales es uno de los miembros: el papá es el cerebro, la mamá el corazón, el hijo mayor el hígado, la hija el estómago y finalmente un pequeñín es los pulmones. Cada uno de ellos tiene una función específica, cada uno debe cumplir su función y únicamente su función. Si dejara de hacerlo, el resto del sistema entrara en crisis. 

Cuando uno de sus miembros tiene una función específica en diferentes etapas de su vida: el bebé debe concentrarse en crecer y aprender; una pequeña de 7 u 8 años debe asistir al colegio, jugar y aprender normas básicas de comportamiento; por su parte, un joven de 13 o 14 años tiene compromisos más serios en las tareas de la escuela; además debe practicar algún deporte y ayudar a ciertas labores en el hogar; no se diga de aquellas funciones de la madre y el padre, en quienes recae por supuesto la responsabilidad de todo el sistema.
Estas funciones cambiaran con el tiempo, en la medida que sus miembros crezcan y sus funciones se amplíen.
“EL SISTEMA COMPLETO SE ENFERMA
SI TAN SOLO UNO DE SUS COMPONENTES
DEJA DE HACER LO QUE DEBE DE HACER”.
EL GRAN SECRETO”.

En la medida en que cada uno de los miembros del sistema cumpla con su función, la familia completa estará sana y funcionalmente armónica. 

Véalo de esta forma: el simple hecho de tomar acciones y querer ser un mejor padre es un gran principio, es un acto de amor, algo de lo que nuestra sociedad adolece frecuentemente. Hacer algo por usted y su familia es un ejemplo para todos. Al ser buen padre, todos ganan. La armonía familiar es inclusive un factor positivo en el desempeño laboral de los padres y del educativo en los hijos; es un factor de crecimiento y superación para todos sus miembros; es un buen promotor de salud física y un generador de bienestar aun en tiempos complicados: es el campo ideal donde puede florecer el amor. Usted, como cabeza de familia, tiene una responsabilidad que al final del camino es una bendición. Será el guía impulsor del desarrollo personal de mejores seres humanos, ciudadanos e integrantes de una sociedad sana.


EL CAMINO PARA SER UN BUEN PADRE.

Si aparentemente son muy claras las razones por las cuales alguien puede ser un mal padre, seguramente en el camino para ser un buen padre deben ser clarísimas, tanto como para pensar en una lista de tareas, pasos simples y claros que, si los cumplimos, las probabilidades de que nuestra familia goce de un buen líder formativo que verdaderamente nutra e impulse el crecimiento en armonía son enormes.

1.- CONCIENCIA: identifique y este consciente de lo que significa ser padre y criar un hijo seguramente dirá que sí, porque es un hecho que es un padre biológico, pero analicemos nuestro interior y veamos si realmente estamos haciendo todo lo que debe hacer un padre por sus hijos.

2.- AUTOEVALUACIÓN: Ahora analice si como persona es íntegro y vive la vida desde una plataforma de valores y estabilidad. Difícilmente podrá enseñar lo que no es, o compartir lo que no tiene. Decida que está dispuesto a dar.

3.- DIAGNOSTICO: Evalué el interior de la familia:¿todos son felices?, ¿los niños se relacionan bien con amigos y familia?, ¿a mamá le gusta lo que hace?, ¿papá está satisfecho con su trabajo y es suficiente para la manutención del hogar? Hable con ellos, pregúnteles, involúcrese en su bienestar, recuerde que los problemas de su familia son su problema.

4.- PLAN DE ACCIÓN: Corrija el rumbo, haga un plan específico y póngale fecha. Si para ese proceso usted defina cree necesitar ayuda. Recuerde que este es un sistema y todos los miembros deben funcionar correctamente.

5.- COMPROMISO: Tome un compromiso con el resultado, haga todo lo que deba hacer y no busque pretextos, ataque el problema con rigor y disciplina hasta ver los resultados. Usted no necesita que los otros cambien su forma de ser o actuar. Si usted altera sus acciones y corrige el rumbo, es casi una garantía que vera resultados en el corto plazo.

6.- VUELVA AL PASO 1: El trabajo de superación y crecimiento personal y familiar no es una tarea con una meta determinada o un final definido, la vida es un constante cambio y, cuando ya tenía todo en control, alguno de sus hijos entra a la adolescencia, nace un nuevo miembro o usted cambia de trabajo. Cualquier cambio por simple que parezca, afecta las responsabilidades y roles dentro de la familia, altera el sistema y por consiguiente debe repetir el proceso.

Gracias amigo 

Edgar Ivan Ortiz Diaz 

https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10152333578744865&set=gm.911741752185527&type=1&theater

por publicarlo y compartirlo 

Cecilio Luna Salazar
Vinculación AEPAF Sonora.