martes, 10 de febrero de 2015

LOS TRES CONSEJOS.


LOS TRES CONSEJOS.
foto de Irene Villa




Una pareja de recién casados eran muy pobres y vivían de los favores de las gentes de un pequeño pueblo. Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa:

"Querida voy a irme de nuestra casa por un tiempo, buscaré un empleo y trabajaré hasta que haya ganado el suficiente dinero como para regresar y poder darte una vida más cómoda y digna.

No sé cuánto tiempo voy a estar lejos de ti, solo te pido una cosa, que me esperes y me seas fiel. Por mi parte, yo prometo serte fiel.

Así, que el joven camino varios día, hasta que al fin encontró un hacendado que estaba necesitando un ayudante para su hacienda. El joven se ofreció para trabajar y fue aceptado.

Pero decidió hacer un pacto con su jefe:

Déjeme trabajar por un tiempo y cuando crea que es tiempo de irme, usted me liberará de mis obligaciones. Yo no quiero recibir mi salario, quiero que lo ingrese en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. Entonces en ese momento usted me dará el dinero que yo haya ganado.

Se pusieron de acuerdo y aquel joven trabajo durante veinte años, sin vacaciones, ni descanso.

Transcurrido ese tiempo se acercó a su patrón y le dijo:

Jefe, ya es hora de regresar a mi casa, quiero que me entregue mis ahorros, saldré mañana muy temprano.

El patrón estuvo de acuerdo, pero antes de cumplir con su parte del pacto, le hizo una propuesta:

Yo puedo darte tu dinero y tú te vas, o puedo darte tres consejos y no te doy el dinero y te vas.

Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta.

Él pensó durante dos días, con muchas dudas porque se trataba de mucho dinero, pero como respetaba a su patrón y lo consideraba un gran sabio y sabía que lo amaba como a su propio hijo, finalmente no dudo y le dijo: "Quiero los tres consejos"

El patrón le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero.". Si, si, lo sé, pero quiero los consejos.

EL patrón entonces le aconsejo:

1. “Nunca tomes atajos en tu vida”. Los caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.

2. “Nunca seas curioso de aquello que represente el mal”. La curiosidad por el mal puede ser fatal.

3. “Nunca tomes decisiones en momentos de odio y dolor”. Puede que te arrepientas toda la vida.

Después de darle los consejos el patrón le dijo al joven:

"Aquí tienes tres panes”, dos para comer durante el viaje y el tercero es para comerlo con tu esposa cuando llegues a tu casa.

Después de veinte años fuera de su casa, el hombre comenzó el largo recorrido para regresar con su familia.

Cuando había realizado el primer día de viaje, encontró una persona después de saludarlo le pregunto a donde iba. Él le respondió: Voy a un pueblecito muy distante que queda a más de veinte días de caminata por este camino.

El hombre le dijo entonces: Este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegaras en pocos días. Él se puso contento y comenzó a caminar por el atajo, pero de pronto se acordó del primer consejo.

“Nunca tomes atajos en tu vida”. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.

Entonces salió de aquel atajo y volvió a seguir su camino.

Dos días después se enteró que otros viajeros que habían tomado el atajo habían sido asaltados, golpeados y les robaron todo lo que tenían. Ese atajo conducía a una emboscada.

Después de algunos días de viaje, ya muy cansado, encontró un pequeño hotel y pensó en pasar allí la noche. Era ya muy tarde y al llamar una mujer le abrió la puerta y le atendió.
Después de tomar un baño se acostó a dormir. Pero de madrugada se despertó asustado al escuchar un grito aterrador.

Se dirigió hasta la puerta para ir al lugar de donde procedía el grito, pero cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo.

“Nunca seas curioso de aquello que represente el mal”. La curiosidad por el mal puede ser fatal.

Así que regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de desayunar, el dueño de la posada le pregunto si no había escuchado un grito y el le contesto que si lo había escuchado. El dueño le pregunto:

si no había sentido curiosidad y él le contesto que no. A lo que el dueño les respondió: Usted ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de lo qué está pasando, lo mata y luego desaparece.

El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa.

Después de muchos días y noches de caminata, cuando ya atardecía, vio entre los árboles el humo que salía de la chimenea de su pequeña casa. Se acercó y vio entre los arbustos la silueta de su esposa.

Aunque estaba anocheciendo, se dio cuenta de que ella no estaba sola. Se acercó un poco más y vio que ella tenía sobre su regazo la cabeza de un hombre al que acariciaba los cabellos.

Cuando vio aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiro profundo, apresuro sus pasos, cuando de pronto recordó el tercer consejo.

“Nunca tomes decisiones en momentos de odio y dolor”. Puede que te arrepientas toda la vida.

Entonces se paró y reflexiono, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión. Después de haber descansado, decidió volver con su patrón, pero antes quería decirle a su esposa que él siempre le había sido fiel.

Se dirigió a la casa. Cuando su esposa abrió la puerta y lo reconoció, lo abrazó fuertemente, pero él con lágrimas en los ojos, le reprochó que no le hubiera sido fiel y que lo hubiera traicionado con otro hombre.

Ella sorprendida le respondió: Yo jamás te traicione, te fui fiel durante todos estos veinte años.

Y entonces, le pregunto: ¿quién es ese hombre que acariciabas ayer por la tarde?

Y ella le contesto: Aquel hombre es nuestro hijo. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada.

Entonces el marido entro, abrazo a su hijo y les contó toda su historia, mientras la esposa preparaba la cena.

Finalmente se sentaron a comer el último pan, tal como le había encargado el patrón. Después de dar gracias por los alimentos, partió el pan y al abrirlo, se encontró con todo el dinero que había ganado durante los veinte años que trabajo para su patrón.

MUCHAS VECES CREEMOS QUE LOS" ATAJOS " NOS AYUDAN A LLEGAR MAS RÁPIDO, LO QUE NO SIEMPRE ES VERDAD...... MUCHAS VECES SOMOS CURIOSOS, QUEREMOS SABER DE COSAS QUE NI NOS DAN RESPETO Y NO NOS TRAEN NADA BUENO... OTRAS VECES REACCIONAMOS MOVIDOS POR EL IMPULSO, EN MOMENTOS DE RABIA, Y DESPUÉS NOS ARREPENTIMOS.....

RECORDEMOS QUE TODO ES BUENO EN LA VIDA SOLO HAY QUE SABERLO APROVECHAR.

viernes, 6 de febrero de 2015

HISTORIA DE UN NIÑO Y EL AMOR A SU MADRE Y HERMANA:




Historia de un niño y el amor a su madre y hermana:

Corrí al supermercado para comprar unos regalitos, que no había podido comprar antes.

Cuando vi tanta gente en el supermercado, comencé a hacerme reclamos a mi misma, esto iba a demorar un horror, y yo todavía tenía tantas cosas por hacer y otros lugares a donde ir.

Como me gustaría poder pensar sola, dormir y sólo despertar después que haya pasado todo esto.

Sin darme cuenta, fui andando hasta la sección de juguetes, y ahí comencé a ver los precios, imaginando si los niños realmente juegan con esos juguetes tan caros.

Mientras yo recorría la sección de juguetes, noté que un niño de más o menos 5 años presionaba una muñeca contra su pecho.

El acariciaba el cabello de la muñeca y se veía tan triste, me quedé tratando de imaginar para quien sería aquella muñeca que él tanto apretaba.

El niño se dio la vuelta hacia una señora que estaba cerca de él y le dijo: Vovó, tú estás segura que no tengo suficiente dinero como para comprar esta muñeca ?´´`

La señora respondió: Tú sabes que tu dinero no es suficiente, querido mío!

Y le dijo al niño que él podía quedarse mirando los juguetes por 5 minutos más mientras ella iba a ver otras cosas.

El pequeño apretaba la muñeca entre sus manos.

Finalmente yo empecé a andar en dirección al niño y le pregunté para quién quería esa muñeca!

El me respondió:

"Esta es la muñeca que mi hermana adoraba y que quería que la regalaran. Ella estaba tan segura de que Papá le regalaría esta muñeca en este año

“Yo le dije:

"No te preocupes tanto, yo estoy segura que él le dará esa muñeca a tu hermana."

Pero él muy triste me dijo:

"No, Papá no podrá llevar la muñeca a donde ella está ahora.

Yo tengo que darle esta muñeca a mi Mamá, así ella podrá entregar la muñeca a mi hermana cuando ella vaya para allá."

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras él decía:

"Mi hermana tuvo que irse para siempre. Mi Papá me dijo que mi Mamá también se irá para estar junto a ella dentro de poco. Entonces yo pensé que Mamá podría llevar la muñeca con ella para entregarla a mi hermana.".

Mi corazón dejó de latir.

Aquel niñito me quedó mirando y me dijo: “Yo le pedí a Papá que le diga a Mamá que no se vaya todavía.

Y le pedí a él que esperara hasta que yo vuelva del supermercado."

Después él me mostró una foto muy bonita de él riendo, y me dijo:

“Yo también quiero que Mamá lleve esta foto, así ella también no se olvidará de mí.

Yo amo a mi Mamá y quisiera que ella no tuviera que partir ahora, pero mi Papá dice que ella tiene que irse para acompañar a mi hermanita."

Ahí él se quedó mirando a la muñeca con sus ojos muy tristes y muy quietito.

Yo rápidamente saqué mi cartera y tomé unos billetes y le dije al niñito: “¿Y si contáramos de nuevo tu dinero, sólo para tener la seguridad de que tienes suficiente dinero como para comprar la muñeca?

Coloqué mis billetes junto a su dinero, sin que él se diera cuenta, y comenzamos a contar el dinero.

Después de que lo contamos, el dinero alcanzaba para comprar la muñeca y hasta sobraba un poco.

Entonces el niñito dijo: “Gracias Señor por atender mi pedido y darme el suficiente dinero para comprar la muñeca"

Ahí él me miró y me dijo: “Anoche antes de ir a dormir le pedí a Dios que hiciera que yo tuviera el suficiente dinero para comprar la muñeca, así mi Mamá podría llevar la muñeca.

El me oyó... es que yo también quería un poco más de dinero para comprar una rosa blanca para mi Mamá, pero yo no osaba pedir más nada a Dios, pero él me dio lo suficiente para poder comprar la muñeca y la rosa blanca.

Sabe Ud., mi Mamá adora las rosas blancas. Unos minutos después, la señora regresó y yo me fui sin que nadie se diera cuenta.

Terminé mis compras en un estado totalmente diferente al que había comenzado.

Mientras tanto yo no conseguía sacar a aquel niñito de mi pensamiento.

Entonces me acordé de una noticia en el periódico local de hace dos días, cuando mencionaban que un hombre borracho en una camioneta chocó contra otro carro, y que en el otro carro estaban una señora joven con una niñita.

La niñita había fallecido en ese mismo momento y la madre estaba en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos y que la familia había decidido desconectar las máquinas, en vista de que la joven no saldría del estado de coma.

Yo pensé, será que esta era la familia de aquel niñito?

Dos días después me encontré con el niñito, yo leí en el periódico que la joven señora había fallecido.

Yo no me pude contener y salí a comprar rosas blancas, fui al velorio de aquella joven....

Ella estaba sujetando una linda rosa blanca en sus manos, junto con la foto del niñito y con la muñeca en su pecho.

Yo salí de ahí llorando, sintiendo que mi vida había cambiado para siempre.

El amor de aquel niñito por su Madre y hermana continúa grabado en mi memoria hasta hoy.

Es difícil creer e imaginar que en una fracción de segundos, un borracho había acabado con todo lo que tenía este niño.