domingo, 21 de agosto de 2016

VIVIR Y PERDONAR

VIVIR Y PERDONAR


Una mañana un joven recibió una llamada de su ex-novia, en la cual le decía…
“Yo también sentí lo mismo que tu anoche…Te espero dentro de una hora en el parque, junto al pequeño muelle del lago.”

El puso el teléfono en su lugar y su impresión fue un poco aterradora, ya que un día antes había soñado a su ex novia, con la cual había quedado en malos términos y por rencores y orgullos ambos perdieron la comunicación de pareja y amistad.

Tomó una ducha, se arregló y pensó en decirles a sus amigos que ella le había llamado, pero prefirió dejarlo en privacidad… Total, era el momento para que ambos volvieran a cruzar palabras, ya que el orgullo no debe ser eterno, ni mucho menos un castigo en juicio….

El joven se dirigió al parque, se acercó al pequeño muelle y se sentó, observando y pensando que iba a pasar, qué le diría su ex novia? De qué iba hablar?

Miraba a la gente pasar y entre esa gente la vio, su ex novia se acercaba a él de forma misteriosa… la vio extraña, vestía totalmente diferente! No vestía sus ropas frecuentes, ahora vestía un vestido blanco, que hacía ver en su rostro una extraña palidez. Su mirada reflejaba una paz inmensa, lucía tan hermosa. Era como si destellara rayos de luz……

Vestía unos zapatos impecablemente limpios del mismo color del vestido…. El intentó decirle hola pero ella le dijo…

- “Caminemos….”

Ella comenzó la conversación….

- “He sabido que has estado triste y que has tenido muchos problemas…. Te he soñado llorando… te he escuchado gritar afuera de mi casa… Y no me acercaba a ti, debido a las circunstancias, debido a tontos orgullos. Yo sé que tú no querías saber nada de mí… Y no te culpo… Ambos nos lastimamos demasiado, nos hicimos mucho daño y logramos alejarnos…. No vengo a discutir… No vengo a pedirte perdón…. Solo he venido a decirte que aunque las cosas no se arreglaron en su debido momento… Yo creo que nunca es tarde…….Sabes? Esperé a que tú me llamaras, para poder hablar… Pero tu llamada nunca llegó….El esperarte… el pensar en ti… Borró mi apetito… Robó mis días de sol… y me fue venciendo poco a poco…. Sin embargo guarde Fe… y dije ‘él llamará’…. Más nunca lo hiciste….No te culpo pero sí te comprendo…. Sé lo que sentiste anoche… sé lo que te pasó, yo también lo sentía en ese momento, pero con mucho más dolor… Grité tu nombre mil veces… y grité mil veces perdón. Qué lástima que no me hayas escuchado… Qué lástima que no me hayas llamado… Pero, ¿sabes amor? Creo que nunca es tarde para perdonar y si te pedí que vinieras al parque fue para entregarte esto…. Ella le entregó en sus manos una cruz, la cual era símbolo del amor de los dos… Esta cruz es mi cuerpo… Esta cruz es quien soy… Te amo y quiero que la conserves contigo por el resto de tu vida….”

El se quedó sin palabras mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas…. La gente lo miraba y lo señalaban…. Alguien le preguntó:

- “Joven: está usted bien?”

Y él respondió:                
                                                                                                       
- “Sí, ¿por qué?”

- “Lo veo caminar y lo veo llorar… Le sucede algo?….”

- “Nada, gracias, simplemente estoy conversando con ella…”

La persona que preguntó se retiró extrañada del lugar…

El acompañó hasta su casa a su ex novia, ella le pidió que por favor la esperara afuera y él accedió… Ella nunca lo hacía esperar en el patio… Se quedó 10 minutos esperando… y no regresaba. De pronto escuchó voces y vió salir de la casa al papá de ella, con cara triste y ojos llorosos… Lo abrazó y le dijo:

- “Se nos fue, se nos fue…….”

Una extraña sensación recorrió todo su cuerpo y entró corriendo a la casa, entró a la recamara de su ex novia… En ella se encontraba la mamá de ella… abrazada del cadáver de la chica, el cual reflejaba en su rostro una profunda tristeza.

El joven, con llanto y un nudo en la garganta, le preguntó a la Señora:

- “Qué sucedió? Dígame que sucedió…”

- “Dice el doctor que murió de tristeza… Ella dejó de comer… dejó de reír….No sabemos si el desamor la alejó de todo… No sabemos si el sentimiento de culpa la hizo infeliz… Te ha dejado esta carta…”

El comenzó a leer….

“Sabes amor? Yo también sentí lo mismo que tú…. El aire empieza a faltarme, Intento gritar pero no puedo, luces blancas iluminan mi habitación…me voy para siempre amor….Gracias por haber ido al Lago… gracias por estar aquí… Aunque en vida no me pudiste perdonar… Sé que ahora lo harás frente a mi…..”

El miró el cadáver…

Y sólo dijo:

- “Perdóname tú a mí……”

En el amor, en la amistad…en la familia… no dejemos entrar sentimientos mezquinos en nuestro corazón, como lo son el rencor, el odio, el orgullo, la ira, etc….

Aprendamos a perdonar y a pedir perdón No dejemos que mañana sea demasiado tarde…
Mírense a los ojos… y sientan lo bello que es “vivir y perdonar”.

sábado, 9 de abril de 2016


CARTA A UN HIJO
“Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor.
Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.
Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté por el cabello y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato.
Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mi tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal.
Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado.
Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mi te indiqué que caminaras erguido.
Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa.
A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto.
Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.
Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido?
Luego escuché unos golpecitos en la puerta. ‘Adelante’... dije, adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación.
Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir? ... ¿vienes a despedirte?
No contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente.
Te abracé..... y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito.
Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla.
Sentí que mi alma se quebrantaba.
'Hasta mañana papito' me dijiste.
¿Qué es lo que estaba haciendo?
¿Por qué me desesperaba tan fácilmente?
Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual.
Tu tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobretodo, sabias demostrar amor.
¿Por qué me costaba tanto trabajo?,
¿Por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?
¿Qué es lo que me estaba aburriendo?
Yo también fui niño.
¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?
Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara.
Dormías profundamente.
Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.
Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce.
No pude contener el sollozo y cerré los ojos.
Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste.
Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.
Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación........
Algún día sabrás que los padres no somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.”
(FOTO ILUSTRATIVA EXTRAÍDA DE LA WEB)